viernes, 3 de octubre de 2008

Maqueta Märklin H0 - Fotos








Maqueta Märklin HO, de 2 pisos superpuestos, comunicados por rampas y puentes; separados 43 cm entre sus bases. Sistema de elevación manual del conjunto, equilibrado por contrapesos en en los extremos, guías y roldanas.

Piso superior, 3m x 1,40m








Sistema de elevación:

Juguetes para detener el tiempo - Historia


Marcelo Daniel Asborno

marceloasborno@ciudad.com.ar

“Juguetes para detener el tiempo”*

Sí le hubiera gustado ver televisión, quizás las cosas hubieran sido diferentes, dice Marcelo Asborno. Pero como nunca le gustó, pasó las horas de su infancia armando y desarmando juguetes y mirando pasar los trenes desde el puente en la Estación de Tolosa. Un pasatiempo que lo convirtió con el tiempo en un ferromodelista apasionado y en un ferviente coleccionista de autos y trenes en miniatura de todo el mundo. Todo esto sin descuidar su carrera profesional como docente y científico, que lo llevó a ser Profesor Titular de la Cátedra de Climatología y Fenología Agrícola de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Plata y Director de la Estación Experimental "Ing. Agr. Julio Hirschhom", que esa facultad tiene en Los Homos.

Autor de más de 100 trabajos de investigación centrados en la agrometeorología de cultivos como el sorgo granífero, el maíz, el trigo y el arroz, disertante en numerosos congresos nacionales e internacionales sobre el mismo tema, Asborno también es responsable del museo de la Facultad de Agronomía e integrante de la Asociación Honra, que se dedica a destacar ejemplos de conductas destacadas por "honrar la dignidad humana".

Setenta locomotoras a escala, más de 300 vagones y muchos autos en miniatura conforman su colección de trenes y juguetes, motivó que fuera invitado por la red de museos de la Universidad, el Museo de Física y el de Historia de la Medicina para exponer parte de su colección públicamente en dos ocasiones.

Con una discapacidad visual que le quitó el 95% de su visión hace varios años, Asborno eligió seguir con los juguetes y seguir trabajando a pesar de todo. Una decisión que, dice “sólo fue posible gracias a la ayuda de mí esposa e hijos, mis hermanos, mis compañeros de trabajo y a las personas que integran el centro de rehabilitación TIFLOS".

-¿Cómo nació su interés por el ferromodelismo y los juguetes antiguos?
-Cuando tenía 12 años mí padre me regaló un set inicial “Märklin” de fabricación alemana, con una locomotora, dos vagones y unas vías. Yo por entonces ya era un amante de los trenes, a los que me gustaba ver pasar desde el puente peatonal de hierro, de Tolosa. Y también me interesaban los juguetes mecánicos y plectro mecánicos, armarlos, desarmarlos y entender cómo funcionaban. Ahora se puede decir que no soy un coleccionista corriente, porque me gusta restaurar trenes y juguetes rotos, cosa que los coleccionistas normalmente no hacen. En una época me agradaba fabricar juguetes propios en alambre, con los que gané algún premio en mí adolescencia. Eso me llevó a ser una referencia en mí barrio, donde todos los chicos me traían hasta hace pocos años, sus juguetes para arreglar.

-¿Cuál es el atractivo que encuentra en coleccionar juguetes?
-Cuando estoy con los juguetes siento que el tiempo se detiene, que no existe. Me gustan particularmente los modelos de las décadas '50, '60 y '70, cuando los trenes eran de chapa o de fundición, lo que hace que al circulan por las vías produzcan un sonido especial que perdieron los modelos plásticos de años posteriores. Entre los autos de juguete prefiero también los de chapa. Me agradan los modelos de pre-guerra, aunque son muy costosos y difíciles de conseguir en buen estado.

-¿Cómo se nutre una colección de juguetes?
-Actualmente hay muchos canales. Los particulares, algunos negocios especializados, Internet, la Web con sitios de remates y ventas directas, etc. Hay muchos modelos muy interesantes dando vueltas, algunos por su valor afectivo o histórico, antes que económico. Para un coleccionista el valor económico no existe, “se puede”… o bien se disfruta observándolo de lejos.

-¿Qué modelos por ejemplo?
-Yo tengo algunos juguetes preferidos, como un avión Mecano del año 1936 pintado con los colores de la bandera Argentina, que perteneció a mi padre; un auto Schuco hecho en la zona estadounidense de Alemania inmediatamente después de finalizada la segunda guerra mundial, que funciona a cuerda, tiene dirección y además de auto es caja de música; un camión de bomberos alemán que funciona a vapor vivo (réplica del siglo IXX) y un trolebús eléctrico en escala 1:87, marca Eheim, alemán de 1950 con su caja original. Actualmente también trabajo en la instalación de una maqueta con trenes Märklin, en escala 1:87, con locomotoras y vagones de pasajeros y carga; con una particularidad: disfruto armando modelos con piezas viejas en desuso, tratando de reparar y restaurar lo dañado o deteriorado por el tiempo, me gusta crear mis propios modelos. No puedo ver un juguete roto, a menos que se le haya roto a un niño por jugar… también soy niño.

Con el tiempo, he aprendido a reparar juguetes y trenes Märklin analógicos, lo hago con mis modelos y los de algunos amigos ferromodelistas que me visitan con frecuencia. En el coleccionismo, como en todo aquello que nos agrada, el conocimiento que puede adquirirse es ilimitado… solo hay que buscar información; existen también catálogos de todo tipo y especialidad, los de Märklin por ejemplo, se editaron desde principios del siglo IXX y actualmente, en diferentes idiomas.

“Regale un tren Märklin a un niño de cualquier edad… lo hará muy feliz”.


(*) Artículo publicado por el diario “EL DÍA” de La Plata, Prov. De Buenos Aires, Argentina. Sección: “Personajes de La Ciudad”. Agosto de 2005.

jueves, 2 de octubre de 2008

Trenes y Juguetes MDA - Historia


MDA 3026 Marcelo Daniel Asborno











Juguetes para detener el tiempo